Hace un año hicimos un viaje a Noruega. Un sitio recomendable para ir. Y a lo mejor para quedarse. Pero yo no quería hablar de eso. El vuelo de vuelta lo hicimos en un avión de la Mcdonald Douglas. Este era su ala:
Un avión similar al del accidente del pasado 20 de agosto. Ese mismo día este vídeo recibió 15 visitas. Circunstancia que se repitió durante los días siguientes. Antes tenía un par de ellas y creo que eran mías.
Esta claro que requerimos información y esa demanda la hacemos sentir en la radio, en la televisión, en la prensa, en internet.
El problema de esa información es que sea errónea, producto de las prisas por dar una exclusiva macabra; un número de muertos, una historia trágica o una razón del accidente. Y eso es lo que, al menos yo, he sentido cuando escuchaba, veía o leía las noticias que se referían al accidente; una gran confusión, datos inexactos, historias erróneas. No es cuestión de meter a todos los medios de información en el mismo saco, porque no son todos iguales, pero ese saco está muy lleno. Un poco de ética periodística no estaría mal en estos casos. Y una profunda reflexión.
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